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Rector UCNE deplora baja calidad de educación y otros males sociales
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- Publicado el 27 Marzo 2017
El Rector de la Universidad Católica Nordestana (UCNE), deploró que nuestro país se encuentre en los últimos lugares en educación, que mientras una minoría nada en la abundancia, la gran mayoría se empobrece cada día más, por ser el tercer país más ruidoso del mundo y por ser el país con la mayor cantidad de adolescentes embazadas.
Monseñor Dr. Fausto Ramón Mejía Vallejo, se preguntó que con qué justicia y con qué derecho se mantiene este país en los últimos lugares en educación; por tener que ser el tercer país más ruidoso del mundo; por ser el tercer país con mayor cantidad de adolescentes embarazadas y con qué derecho y con qué justicia tenemos que ser como dos países en uno, donde una minoría nada en la abundancia mientras la gran mayoría se empobrece cada día más.
“¿Tendrá razón Cuquín Victoria, al decir que Adán y Eva eran dominicanos, porque no tenían luz, ni ropa, ni medicina, ni policía que lo defendiera y sin embargo creían que vivían en un paraíso?, se preguntó el Rector universitario.
Las consideraciones de Monseñor Mejía Vallejo fueron expuestas al pronunciar el discurso central de la Septuagésima Primera Graduación Ordinaria, celebrada por la UCNE, donde un total de 342 nuevos profesionales fueron entregados al país.
Previamente el Rector Universitario hizo referencia al sermón de Fray Antón de Montesinos, del cual recordó se cumplieron 506 años, el 21 de diciembre pasado, el cual definió como el acontecimiento de mayor trascendencia moral, social y político de la historia moderna y contemporánea.
“Ese cuarto domingo de Adviento del 1511, resonó en nuestra tierra la defensa más radical a la dignidad de los seres humanos, donde se reprochaba y se reprueba la vida lacerada y de opresión contra los nativos y por eso en forma de sentencia y con todo el peso moral les grito a los colonizadores: “Díganme, con qué derecho y con qué justicia tienen en tal cruel y horrible servidumbre a estos indios? ¿Con qué derecho los tienen tan oprimidos y fatigados? ¿Acaso no tienen alma racional y no están ustedes obligados a amarlos como a ustedes mismos?”.
Dijo que esa chispa libertaria y de defensa de la condición humana, no la pudieron acallar las protestas de las autoridades de ese momento, pues al contrario, traspasó los linderos del Atlántico y llegó a la Metrópoli y a la Corte española.
El Rector de la Universidad Católica Nordestana (UCNE), considera preocupante la realidad actual de la República Dominicana, exponiendo que Montesinos reaccionó al inicio de la colonización frente al maltrato de los indígenas y nosotros que estamos en el inicio de esta hermosa sociedad naciente ¿no tendríamos que reaccionar como él frente a la realidad que vivimos?
Sostiene que esas reflexiones no son para infundir pesimismo, pues el espíritu y ánimo que lo mueve es reconocer a los nuevos profesionales que forja la UCNE, su gallardía, su juventud y su disponibilidad de personas triunfadoras, para que sepan ponerse de pie y con la frente en alto y se atrevan a cantar de nuevo nuestro glorioso himno nacional.
“Es para que con el título que pronto recibirán se atrevan a decir con la raza inmortal “dulce y decoroso es amar y servir a la patria”, pero a la vez se atrevan a hacer suya la recomendación de maestro Jesús, cuando nos dice que “hay más alegría en dar que en recibir”, en fin para que sepan afrontar con decisión firme y con espíritu combativo las dificultades que les pueden sobrevenir y salir airosos de ellas”.
Monseñor Fausto Ramón Mejía Vallejo, agregó que las reflexiones son para que no se dejen seducir por los encantadores de serpientes y los vendedores de ilusiones, que piensan que la felicidad está en el tener dinero fácil, amor sin propósito y triunfo sin sacrificio.
“Es para que mantengan el orgullo sano y la convicción coherente de José Martí, que estaba convencido que a un general no se le mide por las victorias ganadas, sino por las estrellas que lleva en la frente”.
Dijo que hoy como ayer necesitamos Montesinos del deber cumplido, que nos griten como Duarte, libertad y soberanía nacional, que nos recuerdan que hay un país en el mundo en el mismo trayecto del sol, por el cual debemos empuñar la espada de la dignidad y del decoro de Luperón y frenar una vez por toda a los traficantes y negociadores de las drogas, que tantos jóvenes llevan a las cárcel y a las tumbas y por los cuales hay tantas madres con luto, llanto y dolor.
El Rector y Gran Canciller de la UCNE, refirió que se atreve a apelar a la llamada del viejo Fedor Dostowiesky, en su famosa obra “Los Hermanos Karamazov”, donde nos dice que “todos llevamos dentro un Karamazov”, es decir, el espíritu de Dimitri, su hijo mayor, que en vez de actuar se resigna a sufrir; la mala intención de Iván, que maquina hasta la muerte de su padre para obtener su dinero; la indiferencia del seminarista Aliosha que no le interesa nada material de este mundo, porque solo se contenta con mirar hacia el cielo: y la falta de personalidad de Smediarkov, que hace lo que su hermano le dice, ejecutar la muerte de su padre.
Entiende que es verdad, que todos llevamos dentro un karamazov, pero también todos tenemos como vocación la trascendencia y la eternidad que nos empuja a colaborar con el Creador en la edificación de un mundo y una sociedad más justa y más fraterna, a crear un clima de hermandad, de justicia y de paz, a poner en acción esos tres grandes dones que él nos regaló: la inteligencia, la voluntad y la libertad.
Dirigiéndose a los nuevos profesionales, el Rector Universitario señaló que “entiendan que el titulo que reciben hoy, es sólo un escalón para iniciar un nuevo ascenso hasta la definitiva superación; hoy conquistan un peldaño, pero ya deben tener visualizado el próximo paso a dar; porque los conocimientos se duplican a gran velocidad y si nos distraemos, lo que hemos alcanzado se vuelve obsoleto, de ahí la imperiosa formación continua y permanente para poder prestar un servicio de calidad a la sociedad.
“Vayan dispuestos a subir escalones, si las circunstancias así lo ameritan, pero con la suficiente humildad para bajarlos si fuera menester como les decía Juan Pablo II a los políticos católicos de Italia, “pero nunca cedan en cuestión de principios y de valores, ni se dejen romper el fémur espiritual (con la corrupción), que es la ruptura más dolosa que persona alguna puede experimentar”, significó.